Feedlots: la baja en el consumo contrae los márgenes

La crisis financiera, la devaluación y la caída del consumo son un claro espejo de lo que sucede en los feedlots. Hay buen nivel de oferta pero la demanda en el mercado interno continua sin aflorar.

De acuerdo al último informe publicado por la Cámara Argentina de Feedlots (CAF), durante el mes de agosto se vendió el 25% del stock existente en los corrales al tiempo que la reposición se realizó en una proporción de 0,79 por cada animal vendido.

Como resultado de ello, el nivel de ocupación de los corrales al primero de septiembre registró una caída de 3 puntos, pasando del 64% al 61% de un mes a otro y cayendo al mínimo de los últimos 4 años.

Con este difícil contexto, el presidente de la Cámara, Juan Eiras, explicó en diálogo con El ABC Rural que durante el transcurso del año “el sector tuvo menos actividad que en períodos anteriores”.

Según el dirigente, “la falta de financiamiento bancario, sumado al acortamiento de plazos entre particulares redujo el negocio de los feedlots en la Argentina”.

Analizando su evolución, más allá de la propia estacionalidad de la actividad, se observa que este proceso de vaciamiento se había observado durante los últimos meses del año pasado.

Fue cuando muchos feedlots, sumamente golpeados por el fuerte incremento registrado en el precio del maíz tras la devaluación, debieron terminar la hacienda a contramargen, ajustando la reposición.

Efecto devaluatorio
A diferencia de lo que sucede en el mercado de granos, en ganadería, la dinámica de ajuste de los precios no suele dar respuestas tan directas a variaciones del tipo de cambio, dado el fuerte componente doméstico de sus precios.

“El incremento del precio del dólar luego de las elecciones de agosto no tuvo su correlación con el precio del ganado gordo. Con lo cual estamos vendiendo con los mismos valores previos a ese suceso con un aumento de precios de la materia prima y costos en general muy grandes”, explicó Eiras.

El agosto, luego de las PASO, el ternero de invernada tuvo una importante recuperación. Tomando como referencia el índice de invernada de Rosgan (PIRI), desde julio a la fecha registró un incremento de 17,3%, superando ampliamente el precio del novillito de consumo que apenas logró corregir un 4,9%.

Este desacople se traduce en un deterioro de la relación de compra para el feedlot que, a su vez, enfrenta un incremento en el precio del maíz del 12,2% tras la misma devaluación.

En ese sentido, dijo que esta situación enfría la actividad, debido a que “hacer un kilo de carne en corral cuesta mucho más caro que antes y el valor del gordo esta igual”.

Una limitante que preocupa
Particularmente en este momento, donde el consumo se encuentra tan golpeado por la pérdida de poder adquisitivo, su reacción se limita a retracciones temporales del nivel de oferta -tal como se ha visto luego de las PASO- pero que rápidamente vuelve a corregir, una vez regularizada la faena.

“La limitante que no es modificable por nosotros es la baja en el consumo que se está dando desde hace tiempo en el mercado interno”, explica con preocupación el presidente de la CAF.

Teniendo en cuenta que la oferta del feedlot en un 80-90% se destina al consumo doméstico, su escenario no deja de ser el fiel reflejo de lo que sucede en los mostradores.

Mientras que el precio de la carne no logre recomponer su valor, toda la cadena asociada al consumo doméstico se verá limitada en términos de poder de compra.
Sin embargo el problema no solo está dentro del país; también el sector exportador de carnes está manifestando un conflicto que genera inquietud en los feedloteros.

“La exportación venía dinamizando el negocio pero se hizo un cuello de botella en la posibilidad de procesar la producción por parte de la industria, que se encuentra muy abocada a la faena de vacas con destino a China”, informó el entrevistado.

Por esa razón, y conociendo que la faena con destino al país asiático contiene muy poca cantidad de novillos, los feedlots siguen estancados en ese contexto. De todos modos, el precio del novillo de exportación sigue atrasado según Eiras.

“Tanto la flojedad en el bolsillo del consumidor interno, como la acción limitada de la exportación por capacidad de faena reducida, nos pone en una situación de paralización de la actividad como hacía tiempo no ocurría”, concluyó el referente.